Mesas de trabajo del día 1: Lectura previa

LLAMADOS A UNA RENOVACIÓN EVANGÉLICA DE LA IGLESIA

Tomado de: Pagola, José Antonio. Volver a Jesús. Ed. PPC. 2017. Pp.

En muy poco tiempo el Papa Francisco ha generado unas expectativas insospechadas hace solo unos meses, rompiendo la dinámica en la que hemos vivido los últimos años y creando un nuevo clima eclesial. Estuve muy atento a la homilía que pronunció en la solemne eucaristía que celebró en la fiesta de Pentecostés (19-Mayo-2013), considerada por los cristianos la fiesta del nacimiento de la Iglesia. Me impresionó la determinación del Papa Francisco por liberarnos de los miedos que nos han paralizado éstos últimos años.

Estas fueron sus palabras: “La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida según nuestros esquemas, seguridades y gustos. Tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos que nos saquen de nuestros horizontes, con frecuencia limitados, cerrados, egoístas para abrirnos a los suyos.” El Papa se hizo entonces éstas preguntas: ¿Estamos abiertos a las sorpresas de Dios o nos encerramos con miedo a la novedad del Espíritu Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas que han perdido capacidad de respuesta?”

No ha tardado mucho Francisco en hacer público su programa. Lo ha hecho en su exhortación apostólica La Alegría del Evangelio 1: “Quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a la marcha de la Iglesia en los próximos años” 2. El Papa exhorta a todos a “aplicar con generosidad y valentía las orientaciones de este documento sin prohibiciones ni miedos” 3. Sorprende la insistencia del Papa en que es necesario liberarnos de los miedos que pueden impedir de raíz el impulso de cualquier renovación: “A veces el miedo nos paraliza demasiado. Si dejamos que las dudas y temores sofoquen toda audacia, es posible que, en lugar de ser creativos, simplemente nos quedemos cómodos y no provoquemos avance alguno, y en ese caso no seremos partícipes de procesos históricos con nuestra cooperación sino simplemente espectadores de un estancamiento infecundo de la Iglesia” 4Por eso expone claramente la actitud que espera de todos al impulsar ésta nueva etapa: <<Más que el temor a equivocarnos espero nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse “¡Dadle vosotros de comer!” Mc 6,37

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1 Papa Francisco, Evangeli Gaudium, 24 de noviembre de 2013. Citamos su escrito con las siglas  EG

2 EG 1

3 EG 33

4 EG 129

Recuperar la frescura original del Evangelio

El principal objetivo de esta nueva etapa evangelizadora y al mismo tiempo, el primer motor de la renovación que desea impulsar el Papa consiste en “volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio” 5. Lo dice desde el inicio de su exhortación: “Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” 6. Volver a la fuente y recuperar y desarrollar en la Iglesia actual algunas tareas básicas. Señalaremos algunas.

Volver al encuentro personal con Jesucristo

Es significativo que el Papa comience prácticamente su escrito pastoral con esta invitación directa e inmediata a cada cristiano. Es lo primero que brota de su corazón: “Invito a cada cristiano, en cualquier situación que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por él, de intentarlo cada día sin descanso” 7.

Ya en sus homilías de Santa Marta había advertido del peligro de pretender “ser cristianos sin Jesús”, y añadía éste criterio práctico: “Solamente es válido lo que lleva a Jesús y solamente es válido lo que viene de Jesús. Jesús es el centro, el Señor, como dice él mismo”8.

Por eso no nos puede extrañar que días más tarde afirmara de manera rotunda la principal tarea de la Iglesia con estas palabras: “La Iglesia ha de llevar a Jesús, si sucediera que alguna vez la Iglesia no lleva Jesús, sería una Iglesia muerta”9.

Hemos de volver a Cristo, porque él puede introducir hoy en su Iglesia ese dinamismo renovador del que habla el Papa: “Él siempre puede con su verdad, renovar nuestra vida y nuestra comunidad y aunque atraviese épocas oscuras y debilidades eclesiales la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina” 10.

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5 EG 49

6 EG 11

7 EG 3

8 Homilía en Santa Marta, 7 de septiembre de 2013

9 Homilía en Santa Marta, 23 de octubre  de 2013

10 19 EG 11

El Papa subraya dos aspectos que no hemos de olvidar para tener muy presente la importancia de Jesús en el acto evangelizador. Por una parte, él es la primera motivación para evangelizar; por otra, es él quien sostiene la tarea de los evangelizadores. Según el Papa, “la primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por él que nos mueve a amarlo siempre más […] ¡Cuánto bien nos hace que él vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a comunicar su vida nueva!”11.

“Toda la vida de Jesús, su forma de tratar a los pobres, sus gestos, su coherencia, su generosidad cotidiana y sencilla, y finalmente su entrega total, todo es precioso y le habla a la propia vida. Cada vez que uno vuelve a descubrirlo se convence de que eso mismo es lo que los demás necesitan, aunque no lo reconozcan” 12. Por otra parte, el Papa declara que “el verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie” 13.

Vivir y anunciar lo esencial del Evangelio

La renovación de la Iglesia sólo es posible impulsarla “desde el corazón del Evangelio”. El Papa insiste en que hemos de centrar el anuncio del Evangelio en lo esencial: “Cuando se asume un objetivo pastoral y un estilo misionero que realmente llegue a todos sin excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y, al mismo tiempo, lo más necesario. La propuesta se simplifica sin perder por ello profundidad y verdad y así se vuelve más contundente y radiante”14.

Francisco hace notar a los evangelizadores que <<a veces perdemos el entusiasmo por la misión al olvidar que el Evangelio responde a las necesidades más profundas de las personas>>15. Hemos de recordar que no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en él, que no poder hacerlo. No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo solo con la propia razón. Sabemos que la vida con él se vuelve mucho más plena, y que con él es más fácil encontrarle un sentido a todo. 16

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11 EG 264

12 EG 265

13 EG 266

14 EG 35

15 EG 265

16 EG 266

Por eso hemos de cuidar que nuestro anuncio se centre en lo más genuino y esencial del Evangelio sin mutilarlo ni reducirlo a algunos de sus aspectos secundarios. El mayor problema se produce, según el Papa, “cuando el mensaje que anunciamos aparece identificado con esos aspectos secundarios que, sin dejar de ser importantes, por sí solos no manifiesten el corazón del mensaje de Jesucristo”17. A Francisco se le ve preocupado sobre todo por una predicación que se enreda en doctrinas “no directamente ligadas al núcleo del Evangelio” y olvida lo más genuino del Evangelio. Estas son sus palabras: “Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por una transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia”18. El mayor peligro será en que ya “no será propiamente el Evangelio lo que se anuncie, sino algunos acentos doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideológicas. El mensaje correrá el riesgo de perder su frescura y dejará de tener” olor a evangelio. 19

El Reino de Dios nos reclama

El Papa sabe muy bien que el Evangelio de Jesús es mucho más que un anuncio verbal: “El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de Dios”20. La propuesta del Evangelio no es solo vivir una relación de amor personal a Dios; no es tampoco hacer pequeños gestos dirigidos a algunos individuos necesitados. “La propuesta es el Reino de Dios; se trata de amar a Dios, que reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos”21. “Tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales”22.

Según la expresión del Papa, “el reino de Dios nos reclama”. Por otra parte, Francisco insiste en que ese reino de Dios ya está presente en el mundo: “Creámosle al Evangelio, que dice que el reino de Dios ya está presente en el mundo y está desarrollándose aquí y allá, de diversas maneras” 23 “Él vive entre los ciudadanos promoviendo la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de verdad, de justicia. Esta presencia no debe ser fabricada, sino descubierta y desvelada” 24.

El Papa nos recuerda que “auténtica fe, que nunca es cómoda e individualista, siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto y amamos la humanidad que la habita, con todos sus dramas y cansancios, con sus anhelos y esperanzas, con sus valores y fragilidades. La tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos […] La Iglesia no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia. Todos los cristianos, también los pastores, están llamados a preocuparse por la construcción del mundo”25.

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17 EG 34

18 EG 35

19 EG 39

20 EG 180

21 ibid

22 ibid

23 EG 278

24 EG  71

25 EG 181